miércoles, 7 de diciembre de 2016

Los seguros del autónomo

Fuente: Freepik.es
Si has tomado la decisión de hacerte con las tiendas de tu vida en el ámbito laboral y convertirte en una autónomo hay muchas cosas que tienes que tener en cuenta. Una de ellas, los seguros que necesitas. Estos dependerán de la actividad que ejerzamos, ya que los hay muy específicos según el negocio que llevemos entre manos. Por ejemplo, si nos dedicamos a alquiler de coches y motos clásicos para bodas y grandes eventos necesitaremos especialistas en seguros para coches clásicos, si nos dedicamos a alquilar viviendas o trasteros lo que necesitamos es un seguro de impago de alquiler, si necesitamos coche para ejercer, tendremos que asegurarlo (en el mercado existen seguros específicos para coches de autónomos) y si tenemos son empleados a nuestro cargo es obligatorio un seguro de accidentes para trabajadores

Pero fuera de situaciones concretas, existen unos seguros que necesitan todos aquellos que se conviertan en autónomos y quieran tener cubiertos los riesgos mínimos que se producen en el ejercicio de su actividad a cambio de una cuota fija. Evidentemente, cuanta más cobertura contratemos más caro nos va a salir el seguro, pero más tranquilos dormiremos. A la hora de elegir los seguros tenemos que sentarnos frente a una papel en blanco y escribir todas las situaciones extraordinarias negativas a las que nos podamos enfrentar. Aquí sí que se cumple la máxima, más vale prevenir que llorar. Una mala planificación de los seguros puede ser la ruina del negocio.

Uno de los seguros imprescindibles es el de baja laboral, que abona una cantidad fija cada día que el autónoma no pueda trabajar por culpa de un accidente o enfermedad.

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También necesitaremos un seguro de responsabilidad civil. Éste último suele recomendarse en todos los sectores, ya que cubre los daños a terceros y siempre hay una posibilidad de que se dé el caso y haya que recurrir a él.

Por último, es muy recomendable el seguro de Salud privado, ya que, es bien sabido, que los autónomos ni pueden ponerse enfermos ni se pueden permitir las largas esperas de las seguridad social. En este caso, hay que planificar muy bien las coberturas para que la cuota no suba demasiado.

Asimismo, es importante asegurar el material con el que trabajamos: ordenadores, maquinaria, mercancías... Si no queremos vernos sin ellos por un accidente y sin presupuesto para reemplazarlos.

Al final, lo más importante es hacer esa lista de necesidades según la actividad de la empresa y sus recursos. Debemos tener en cuenta una previsión de gastos, ingresos y capital antes de tomar decisiones precipitadas.

viernes, 27 de mayo de 2016

Y por fin conseguí volver al mundo laboral

Vuelvo a formar parte de la población ocupada. Y no de cualquier manera, sino con contrato indefinido, jornada completa, buenas condiciones laborables y una ocupación adaptada a mi carrera profesional. ¿Se puede pedir más? Y ahora me preguntaréis ¿Cual ha sido la clave de ese éxito? ¿El currículum? ¿La formación? ¿La entrevista? Y me va a tocar contestar que la suerte, la oportunidad y estar en el sitio adecuado en el momento adecuado.

Una decisión muy meditada en la que nos implicamos toda la familia fue el detonante de mi situación actual. Me presenté a un proceso de selección de un certificado de Profesionalidad Europeo: Gestión y Administración de Microempresas, que tenía un horario que me parecía imposible de cumplir, pero como yo no dejo de lado ninguna opción porque nunca se sabe dónde va a saltar la liebre. Allá que fui y me quedé hasta el final de la presentación del curso y prueba de selección. No debí de hacerlo del todo mal porque al poco me llamaron para una entrevista. Entremedias opté por otro curso de emprendimiento que también sonaba fenomenal y cuyo horario me venía mucho mejor.

El caso es que me llamaron antes del primero para decirme que estaba admitida y con ellos me quedé después de una reorganización en la vida familiar en la que mi marido tuvo un papel muy importante. Durante cinco meses se hizo cargo de los niños casi todas las tardes para que yo pudiera asistir a las clases. Hubo momentos duros en los que pensé que no lograría superarlo por falta de asistencia, pero los astros se alinearon a mi favor y no sobrepasé el límite.

Aprendí muchísimo en ese curso. Tanto de los profesores como de los compañeros. Las clases eran muy prácticas, participativas, proactivas... Y los exámenes y pruebas muchísimas. Algunas se convirtieron en mi talón de Aquiles, como las de contabilidad, que aprobé con mucho esfuerzo y sudores. Y otras, como las que se referían al módulo de marketing, las disfruté a tope y sin tantos agobios.

Cuando se acabaron las clases, los que pasamos todos los módulos quedamos a la espera de que la academia nos buscara las prácticas obligatorias para conseguir el título por fin. Sólo eran cuarenta horas y no me podía imaginar que la empresa en la que caí por casualidades de la vida me iba a contratar tras cinco días de duro trabajo administrativo. Y no para labores de gestión y administración, sino de comunicación y marketing.

¿Influyó mi currículum? Sí. porque me seleccionaron entre otras personas. ¿Influyó la formación? Sí, porque me impliqué en las clases y trabajé duro para hacerme valer. ¿Influyeron las prácticas no remuneradas? También, porque no debí hacerlo mal si al final se quedaron conmigo. Todo cuenta. Pero en este caso admito que la suerte tuvo mucho que ver. Y la casualidad de que buscaran una periodista justo en ese momento.

Nunca se sabe dónde está la oportunidad.